La mayoría de contratos en España son de adhesión, lo que significa que las empresas energéticas te dan un ultimátum: lo tomas o lo dejas. Es decir, lo firmas sí o sí. Ello conlleva que los empresarios y los consumidores, en la mayoría de los casos, no lleguen a leer el contrato, y si lo leen, no sepan lo que están firmando. De todo esto se aprovechan las empresas energéticas para introducir multitud de cláusulas perjudiciales para los ciudadanos y empresas.